CONFLICTOS EN UNA RELACIÓN

(De pareja, familiar, amistad, laboral, profesional, etc.)

 

   En el presente apartado reseñaremos diferentes "disfunciones" susceptibles de alterar una relación entre personas.

 

   "Umbral de Tolerancia"

 

  ¿De qué forma se llega a degradar una relación que inicialmente fue, cuando menos, satisfactoria? ¿Qué ocurre, en casos así, para que la relación se transforme hasta tal punto que, muchas veces, sólo pensamos en una salida: terminar con la relación? Los expertos han investigado en profundidad este tema, consiguiendo en el proceso mayor riqueza para la PNL, con instrumentos que nos permiten intervenir de manera más eficaz en este ámbito. Uno de esos se aplica a "la gota que derrama el vaso": se trata del concepto denominado Umbral de tolerancia. Es más gente de la que uno cree la que ha experimentado esta sensación.

 

   En forma esquematizada se configura en 7 fases:

 

  • Atracción
  • Certeza
  • La felicidad
  • El malestar: ¿qué nos está ocurriendo?
  • Decepción
  • Umbral de tolerancia
  • La separación

 

La atracción

 

Una persona al pasar por nuestro camino, en el lugar de trabajo, en casa de unos amigos, mujer u hombre, nos atrae. Ya sea, de modo consciente o subconscientemente, analizamos los rasgos que pudieran satisfacer nuestros criterios respecto de una relación.

 

   A partir de las características detectadas establecemos una generalización que nos confirma que la atracción se justifica. Y esto es así, porque, al conocer a alguien de nuestro agrado sólo identificamos el lado bueno de las cosas y pensamos, además, que esto durará eternamente.

 

   Y, en las relaciones sentimentales, cuando estamos junto a esa persona especial que nos atrae tanto nos sentimos en el "séptimo cielo", en nuestro mejor momento. Todo a nuestro alrededor experimenta una transformación y somos invadidos, internamente, por una estrella que nos ilumina.

 

La certeza

 

Después de la atracción, a menudo se pasa a la fase de confirmación. Sí, ese ser humano corresponde a lo que yo espero de una amistad, de un colega o de una relación de pareja. Nuestros filtros inician el proceso de percibir sólo lo que confirmará nuestra elección y, luego, construir nuevas equivalencias a medida que descubrimos más cualidades en la pareja. Dicho de otra forma: tendemos a ver sólo lo bueno.

 

 

La felicidad

 

¡Es mi mejor amiga! ¡Es el macho que anhelaba! ¡Es lo mejor que me ha ocurrido en la vida! Expresiones de este tipo van más allá de la realidad para describir la dicha, la felicidad o la satisfacción. Las pruebas son visibles y la certeza total y por supuesto, nos invade un delicioso sentimiento de seguridad. Este estado suele considerarse como uno de los mejores momentos de la relación.

 

 

El malestar: ¿qué nos está ocurriendo?

 

La relación se convierte en una tranquilidad cotidiana, no obstante, los hábitos o costumbres generan sentimientos que se atenúan progresivamente. Los comportamientos que se repiten comienzan a molestarnos y ya no percibimos a la otra persona de modo incondicionalmente positivo.

 

   En este período, si los componentes de la pareja aceptan comunicarse, formular peticiones o expresar desacuerdos, la relación puede evolucionar positivamente. Se trata, a menudo, de sencillos ajustes, fáciles de poner en práctica. Un intercambio acerca de lo que empieza a funcionar mal permite enriquecer el conocimiento recíproco. De lo contrario, el desarrollo del proceso Umbral prosigue.

 

La decepción

 

Durante esta fase, nos encontramos con desagradables sorpresas: "¡Pamela, no eres tan puntual como te imaginaba!"; "No tienes nada de amable"; o quizás, "¡Jamás hubiera esperado eso de ti!". Los filtros cambian de función. Ya no sirven para captar lo que confirmó la atracción. Sólo han de dejar pasar lo menos conveniente o lo que ya no conviene. Nuestros criterios se ven cada vez menos satisfechos e incorporamos nuevas equivalencias complejas: interpretamos de modo diferente la conducta de la otra persona. Expectativas defraudadas, deseos insatisfechos; el otro ahora se nos aparece desde un ángulo distinto. No obstante, no ha cambiado; sólo le percibimos de otra forma. Conforme nuestros filtros contribuyen a la acumulación de contraejemplos, sólo captamos lo que ya no funciona, a tal punto que ya ni siquiera soportamos la más mínima "leserita" que provenga de la otra persona.


 

El Umbral de tolerancia

 

Es en estos momentos cuando llegamos al umbral de tolerancia. Al modificar los filtros, nuestra percepción es totalmente opuesta a la inicial, hasta el punto de que nuestra memoria se adapta a esta nueva situación, transformando nuestros hermosos recuerdos y agregando otros que habíamos olvidado: algunos momentos difíciles, incertidumbre del período inicial y otras cosas a las que no dimos importancia, o mejor dicho, que no queríamos ver. En el mejor de los casos, la relación puede reconsiderarse y volver a comenzar a partir de nuevas bases. De no ser así, buscaremos deliberadamente todo lo que nos pueda confirmar la certeza de que no tenemos nada en común.

 

La separación

 

Y la separación es la última etapa del proceso Umbral. Cabe destacar que los protagonistas de la relación, sea de amistad, profesional o sentimental, no viven necesariamente estas fases al mismo ritmo, y además, que no pueden existir importantes desfases (lo que no simplifica nada). Hay quienes detienen el proceso justo antes del quiebre, cuando aún conservan la estima del otro y es factible retroceder y conversar respecto de la relación. De lo contrario, se produce la separación, en consonancia con los cambios producidos. Da la impresión que volver atrás, ya, es imposible: se ha traspasado el umbral.

 

 

 

  A partir del análisis del esquema anterior, es posible intervenir de varias maneras a objeto de mantener una relación de calidad. Existen diversos métodos (en PNL) que impiden que se llegue a las últimas fases del proceso descrito. Aplicarlos, eso sí, exige una decidida voluntad de diálogo para conservar o recuperar una relación de armonía. Y para esto, la primera cosa que hay que hacer en un balance de la situación, para intentar restablecerla.

 

  Contamos con un método de intervención que puede practicarse antes de traspasar el umbral, ya sea en una relación sentimental, de amistad, familiar o laboral. Se trata de evaluar la relación. A partir de la exploración de los criterios fundamentales de cada persona dentro del marco de la relación, esta técnica permite reconsiderar esa relación con mayor flexibilidad, para decidir si se prosigue con ella, reconstruyéndola sobre unas bases más firmes y estables. También puede despertar una toma de conciencia acerca de la imposibilidad de cada uno de los integrantes para satisfacer los deseos del otro, con el consiguiente final de la relación. En tal caso, la separación podrá darse en las mejores condiciones.