¿Qué sucede con la Educación en Chile?

  Tal vez este sea uno de los tres principales temas “país” que preocupan a una sociedad entera. Malos resultados en las mediciones de la autoridad sobre quienes se supone habrán de ser el futuro de Chile. Y el cuestionamiento surge espontáneo a la hora de encontrar responsables, ¿quiénes debieran asumir la responsabilidad por la educación deficiente en nuestro país? Algunos sostienen que la juventud anda “en otra”, que “no están ni ahí” con el aprendizaje escolar. Otros tantos sugieren que “ya era hora” que alguien “le pusiera el cascabel al gato”, intentando significar con esta frase que los docentes quizás no estén “haciendo bien su pega”; las evaluaciones a estos profesionales no arrojaron los resultados que la mayoría hubiésemos esperado. Y otros más, finalmente, critican a la autoridad por no haber sido capaz de ser más previsora y detectar tempranamente que el colapso educacional se encuentra a la vuelta de la esquina.

 

         Ahora bien, si me permiten una pregunta yo la plantearía de la siguiente forma: ¿se obtiene algún beneficio buscando culpables de tal situación? Me atrevería a ponerlo en duda. Lo que sí creo que marcaría una diferencia sería buscar el lado creativo de los involucrados para que entre todos y mediante un “brainstorming” (“lluvia de ideas”), se descubrieran nuevas propuestas, ideas modernas o bien una combinación de tecnologías antiguas que generaran otras más ajustadas a la realidad contemporánea.

 

         En ocasiones pienso que el hábito, las viejas costumbres, el temor al cambio y porque no mencionarlo, la envidia o celos profesionales que se generan en algunos, impiden que quienes quieren llevar adelante un proyecto revolucionario para mejorar de una vez por todas la educación en Chile, encuentren más obstáculos e impedimentos que apoyo a las ideas renovadoras.

 

 

         Por nuestra parte quienes practicamos PNL (Programación Neuro-Lingüística) y otras disciplinas complementarias, que permiten mejores resultados en este ámbito específico, tenemos la disposición y el entusiasmo para demostrar a los interesados las bondades de la tecnología del “Coaching Neuro-Asociativo”. Quizás, lo más importante de esta propuesta innovadora es que, todos los implicados, sin distingo, pueden ser protagonistas y a la vez beneficiarse de su aprendizaje. Tanto docentes como educandos, administrativos y ejecutivos pueden identificar en breve tiempo de qué manera resultarían favorecidos como para darle una oportunidad a estas tecnologías en los programas renovadores del ámbito académico y educacional. Santo Tomás dijo “ver para creer”. Pues bien, mi segunda pregunta en consecuencia será entonces, ¿porque no crear una comisión gubernamental, seria y responsable, que tenga por misión investigar e informar a la autoridad acerca de estas propuestas?

 

         Personalmente me ha tocado presenciar comentarios de docentes que responsabilizan en forma mayoritaria al alumno por no ser “capaz” de aprender, olvidando que quién tiene la verdadera responsabilidad en hacerse entender en una interacción de este tipo es el que emite el mensaje; es decir, quienes han de ser eficaces a la hora de comunicar conocimientos a los educandos son los docentes, principalmente, no quienes están recibiendo el mensaje. Y si esta creencia fundamental no se logra erradicar de las mentes de quienes tienen en sus manos tamaña responsabilidad con el “futuro de Chile”, estaríamos corriendo un serio riego como para enfrentar con éxito una transformación radical en nuestro modelo educativo.

 

         Para muestra un botón: ¿Tiene idea usted de cuál es el canal sensorial preferente (el sentido) que emplea su cónyuge para aprender? Cuando digo “aprender” me estoy refiriendo a cualquier clase de aprendizaje: cocinar, tejer, conducir un automóvil, andar en bicicleta, escribir, multiplicar, etc. Quizás no lo haya notado, pero todos y cada uno de nosotros aprende de una manera diferente al resto. Hay quienes experimentan un mejor aprendizaje si se les enseña por medio de imágenes, mostrándole cosas; en fin, estimulando el sentido de la visión del aprendiz. Y existen otras personas que sobrepasan al resto si, cuando se les enseña, se privilegia todo lo que sea audible para ese estudiante en particular. Si usted pone cuidado en lo que dice y especialmente en “cómo” lo dice, ante un alumno preferencialmente auditivo tendrá muchísimas más posibilidades de alcanzar el éxito, entregando conocimientos, en la medida que concentre sus esfuerzos en su canal auditivo. Y, por supuesto, también los hay quienes se verán coronados por los triunfos académicos en caso que se les identifique certeramente el principal canal sensorial que ocupan a la hora de aprender; en este caso nos estamos refiriendo a los individuos kinestésicos, o sea, aquellas personas que aprenden de mejor forma si se les enseña estimulando sus sensaciones, permitiendo que experimenten el aprendizaje mediante el tacto, induciendo sus emociones, etc. Si a estos individuos se les pretende enseñar privilegiando sus otros canales sensoriales (auditivo y/o visual), quien pretenda comunicarles algo se encontrará con no pocas dificultades. Igualmente, el aprendiz kinestésico manifestará más de una complicación para aprender en caso que su instructor sea más visual o más auditivo, en lo que se refiere a metodología y lenguaje para transmitir la materia que pretende enseñar.

 

         Alguien, preferentemente auditivo, comunicándose con un individuo que utiliza, preferencialmente, su canal sensorial kinestésico tendrá tantas dificultades para darse a entender como lo que ocurre cuando un hablante español intenta comunicarse con un portugués: es posible que se den a entender entre ambos, pero con serias dificultades.

 

         Si usted ha logrado comprender donde reside el problema, de acuerdo a lo expuesto más arriba, probablemente ya habrá descubierto cuáles son las posibles soluciones.

 

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