Referencia Interna o Externa de motivación

 

 

    En este Filtro mental el individuo encuentra su motivación en sí mismo o en los demás. Si usted tuviese que realizar alguna actividad que posteriormente requiriese de evaluación, ¿cómo podría saber si lo realizado está bien hecho o no?

 

    Algunas personas podrían responder “porque sé que es así”; en cambio otros puede que digan “porque me lo han dicho”. Entonces, si usted se identifica con la primera alternativa podríamos suponer que usted atiende, de preferencia, a lo que dicta su fuero interno; da lo mismo lo que puedan opinar los demás. Mientras usted “sepa” que es como usted cree basta para sentirse satisfecho de lo realizado. En cuyo caso podríamos afirmar que usted es de naturaleza “interna”. Pero, ¿qué pasa si usted nota que tiende a identificarse con la segunda opción? Diríamos, entonces, que usted pone más atención a lo que opinan otras personas; es decir, para que usted se dé por enterado que ha hecho una buena gestión necesita que la evaluación provenga desde fuera suyo; ha de escucharlo de los demás. Dicho de otro modo, si usted decide por lo que le dicta su corazón significa que usted responde más “interna-mente”. Si requiere la retroalimentación (feedback) de los demás, entonces deducimos que responde preferencialmente a la respuesta de otras personas.

 

    En la segunda opción, si el individuo (motivado externamente) no recibe una retroalimentación que provenga de los demás, aunque piense que está bien hecho (mientras no lo escuche de otros) no se sentirá satisfecho de su trabajo ejecutado.

 

    Hay que recordar que en estos procesos no existe nada absoluto. Son tendencias las que estamos detectando o identificando, en nosotros mismos o en otros individuos. Por lo tanto, puede ser que para esta Rutina de Clasificación o Filtro mental encontremos a alguien que responde al promedio de “Interno-Externo”. Viene a determinar el “equilibrio” entre uno y otro. Por ejemplo, puede que alguien, en primer término, evalúa internamente su desempeño e inmediatamente después corrobora con lo que le llega desde fuera. Otro individuo en cambio pudiera, por ejemplo, prioritariamente dejarse guiar por la retroalimentación de otras personas; no obstante, poco después realizará su propia evaluación interna.

 

    Algo más que hemos de tener en cuenta, es que todo esto está condicionado por el contexto donde se produce y el estrés al que nos encontremos sometidos.

 

 

Ejemplos:

 

    Un director de cine, por ejemplo; o un jefe de proyectos, o tal vez un líder de opinión, ¿será efectivo si su motivación obedece a la tendencia “externa”? No es muy probable. Un líder, por ejemplo, ha de ser alguien de carácter fuerte. Piense por un momento qué ocurriría si un director de cine tuviese que estar consultando constantemente a sus asistentes si su realización es correcta o no. ¡Jamás terminarían el rodaje de la película! No obstante hemos de recordar, una vez más, que aquí no rigen los absolutos. Un buen gerente también ha de saber escuchar las opiniones de sus colaboradores y posteriormente hacer sus propias evaluaciones; en caso contrario podríamos estar en presencia de un dictador.